No acabo de entender la intención del titular: "No perseguirán a los que roben energía". Fue publicado hace justo una semana en Diario Libre, y sentí que debía ocultarme de inmediato de algún oportunista empresario que de seguro tocaría a mi puerta ofreciéndome sus servicios de desconexión de la distribuidora, para abrazar la clandestinidad; que ya no tan clandestina con esta licencia para robar notificada en circular pública.
Yo a veces no sé cual es el verdadero papel de la prensa. Porque no vayamos ya a considerar el orígen de esta decisión, de esta "perla", de esta manifestación de ineptitud de dimensiones industriales; pero entiendo que debe cuestionarse el efecto de este tipo de publicaciones: generan encono en aquellos que anhelamos institucionalidad, orden público; generan impotencia entre aquellos que entendemos como un deber saldar cada mes la factura eléctrica; genera altos niveles de desidia entre la población activa, laboral, el profesional u obrero medio que se adhiere por convicción a los patrones establecidos porque deposita fe en el sistema... pero también generan actitudes mas peligrosas: osadía, arrojo para delinquir flagrantemente, permiso para que la justicia se vaya a residir a manos del primero que se vea afectado por las ejecutorias criminales de aquellos que ahora saldrán a la calle, pinzas y alicates en mano, a buscarse la vida como dignos "padres de familia"...
Este tipo de noticias generan antivalores cuando se publican en una sociedad como la nuestra, en donde el mayor poder de convocatoria en un momento dado lo tiene el que va repartiendo (pongale aquí lo que usted quiera: papeletas, pollos -vivo y matao-, cerdos, etc.), porque sencillamente siempre andamos en busca de la manera más fácil, la más cómoda, la mas barata, la mas "sabia"...
Que nos agarre confesados...!
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