29 nov 2007

El clímax del consumismo



Regalos, "angelitos", canastas, electrodomésticos, ferias de vehiculos, ofertas de pasajes aéreos, liquidación de zapatos, juguetes, pinturas, servicios, arreglos del hogar, muebles, adornos, arbolitos, charamicos, santicloses, extensiones de bombillitos, picaderas, pasteles en hojas por encargo, pastelitos, frutas secas, vinos, sidras, puerco en puya... sigo?

Ha llegado Diciembre, por lo que no es extraño entonces el listado anterior. El frenesí del consumismo en su máxima expresión, aunque para ello ya se haya comprometido, desde inicios de Octubre, el doble-sueldo; porque lo que importa es que podamos abandonarnos por un rato a la quimera de la bonanza material de temporada. La realidad que tanto nos pesa queda relegada a un plano que no estorbe, un segundo o tercero si es posible; engrosando las columnas "Ctas. X Pagar" que algunos puedan estar registrando organizadamente en sus libros.

La irracional costumbre de lanzarse a las calles con complejo de sheriff del Oeste, a ver quien saca mas rápido la cartera, al menos a mí me deja perplejo. En este tiempo no hay nadie que pida rebaja, que lo piense dos veces para "cargarlo" a la tarjeta, y los comerciantes lo saben. Por eso es que los márgenes de beneficio andan tan desorbitados, otorgando rienda suelta a cada uno que oferta bienes o servicios.

Pero a veces el problema no es la avidéz conque se adquieren los artículos, sino la naturaleza misma de los bienes adquiridos: digame ustéd para qué hace falta un juego de medias de regalos, de esas que cuelgan en las chimeneas de "los paises", a la espera del Sr. Claus ?? Si aquí no hay ni nieve, ni chimeneas...? O para qué un arbolito? que nada mas en adornos adicionales triplica el costo inicial de la conífera (o plástico...). Es mas, entre todos los conceptos generadores de gastos de las navidades el "arbolito", el "nacimiento" y el conjunto de adornos luminosos exteriores constituyen en sí mismos verdaderos centros de costo de cualquier sistema de cuentas.

En realidad no pasa desapercibido el problema, porque como entenderán, en Estados Unidos esto cobra dimensiones verdaderamente ecatómbicas. Ya se anuncia una producción de corte cómico-denuncia, que utiliza el concepto de los llamados tele-predicadores y ministerios televisivos para atacar el desenfreno del consumismo en esa sociedad.

Como conclusión: condeno abiertamente el consumismo. Entiendo que a través de tal conducta de masas compulsivas y patológicas nos hacemos esclavos y carnada de intereses particulares que aprovechan temporadas, dias festivos, tradiciones culturales, no para fomentar su disfrute social y elevar su nivel de importancia en enriquecer nuestro perfil folklórico, sino mas bien para aumentar arcas personales...!

Abramos los ojos...! No creamos toda la "necesidad" de consumo que se nos quiere imponer, que con solo pan, techo y vestido es suficiente. "No es más pobre el que menos tiene, sino el que más necesita"

2 comentarios:

mancorp dijo...

Es el mayor problema de esta sociedad capitalista. Nos pintan una serie de necesidades y luego nos ponen todos los articulos "en especial" para que "aprovechemos".

Siempre he sido del pensamiento de que las cosas materiales son buenas, en la medida en que no nos alejan de lo que Dios quiere de nosotros. Es decir ser "dueños" de las cosas, y no que las cosas sean "dueñas" nuestras. Lamentablemente en nuestra sociedad, aprovechan cada epoca para vendernos por los ojos las bondades de una economía que no produce lo que gasta.
Un saludo.

eseperalta.blogspot.com dijo...

Está en nuestras manos hacer algo diferente al respecto, Manny. No es asunto de "Si fuera por mi...", sino que "es por mi". Mis politicas de consumo son mias, y nadie las puede alterar, eso está claro. Lo que pasa es que la presión social, hasta en el contexto eclesiástico, con los hermanos, es tan fuerte que llega a molestar. Señores: si yo no quiero cambiar el carro, por ejmplo... dejenme tranquilo de por Dios...! Si yo no quiero poner ningún arbolito, no ataquen tanto...! Porque es que no hay necesidad... Vivamos tranquila y sosegadamente, que todo es vanidad.